Semillita de esperanza
Un equipo de científicos argentinos descubrió la presencia en exceso de células del sistema inmune en los testículos de hombres que sufren infertilidad. Se abre la puerta a nuevos tratamientos terapéuticos.
Afortunadamente, las épocas han cambiado. Los enormes avances en la ciencia médica permitieron desarrollar múltiples técnicas de fertilización asistida para las parejas que no podían concebir hijos de manera natural. Recién entonces, el sexo masculino comenzó a reconocer que el problema también podía estar en él, teniendo en cuenta que, histórica y culturalmente, la “falla” había estado en las mujeres. Actualmente, se sabe que el problema de infertilidad de entre el 25 y 30% de las parejas que no pueden concebir tiene origen en el varón. A su vez, en la mitad de ellos, las causas aún no han podido ser determinadas. Ahora, un equipo de investigadores de nuestro país encontró algunos indicios que pueden ayudar a encauzar las investigaciones sobre el origen de estos cuadros clínicos.
Proceso inflamatorio
Un grupo de investigadores dirigido por los doctores Ricardo Calandra y Mónica Frungieri, del Laboratorio de Esteroides del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) comenzó a estudiar, hace unos diez años, a pacientes que sufrían dos patologías que les causaban infertilidad. La primera de ellas, conocida como Síndrome de Células de Sertoli Solo (SCO), es una Azoospermia, es decir, que no hay suficientes espermatozoides en el líquido seminal. La segunda se llama Arresto Germinal, y consiste en la presencia de células germinales en el testículo, pero sin espermatozoides. Desde entonces, los investigadores han realizado numerosas publicaciones. El último hallazgo al que arribaron acaba de ser difundido por la prestigiosa revista científica Fertility & Sterility, y consiste en la detección de un gran número de células del sistema inmune en los testículos de estos pacientes, en comparación con los hombres que no sufren infertilidad.
En diálogo con Hoy, el doctor Calandra explicó que él y sus colegas encontraron una cantidad aumentada de macrófagos, células del sistema inmunitario, en el testículo de los hombres con las patologías descriptas.
“Estas células producen muchas sustancias que, en exceso, pueden alterar las funciones del testículo, pudiendo estar involucradas en el desarrollo y/o mantenimiento de ciertos cuadros de infertilidad”, señaló Calandra. Entre esas sustancias excesivas, los investigadores estudiaron una en particular, que se llama “interleuquina 1 (IL-1)”, y comprobaron que sus niveles están muy elevados en las muestras de los pacientes analizados.
“La presencia de esa sustancia genera una reacción en una enzima que da lugar a una inflamación de las paredes del tubo en el que se encuentran los espermatozoides, y este proceso contribuiría al deterioro de la fertilidad”, aclaró Calandra, que es investigador superior del Conicet.
El especialista se mostró optimista en que estos datos abran la posibilidad de nuevas estrategias en los futuros tratamientos de la infertilidad idiopática (es decir, de causa desconocida) en el varón.
Equipo completo
Este trabajo fue realizado con fondos provenientes del Conicet, ANPCYT, UBACYT, Fundación Roemmers y MINCYT-DAAD. El equipo de investigación del doctor Calandra está integrado por las doctoras Silvia González Calvar y Candela González, junto con un grupo de becarias (María Eugenia Matzkin, Soledad Rossi, y Betina González (integrantes del Laboratorio de Esteroides del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), en colaboración con grupos locales de los doctores Livia Lustig, Oscar Levalle, Claudio Terradas, Elisa Puigdomenech y Roberto Ponzio y del extranjero el doctor Artur Mayerhofer, Munich, Alemania.
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