Dos de los grandes retos en el terreno de la reproducción humana asistida son buscar mecanismos para mejorar los resultados de la implantación embrionaria y minimizar los embarazos múltiples en fecundación in vitro. Para lograrlo, es necesario encontrar y disponer de marcadores no invasivos que se asocien a la capacidad de implantación de los embriones.
En esta línea, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha vuelto a ser pionero al convertirse en el primer centro del mundo que emplea en humanos el EmbryoScope, un avanzado incubador de embriones capaz de estudiar la cronología de su división con imágenes y otros parámetros que pueden tener influencia en su viabilidad, mejorando la capacidad de selección.
Según ha explicado Marcos Meseguer, embriólogo senior del IVI y responsable científico del proyecto, el EmbryoScope, diseñado por la empresa danesa Unisense, "es un incubador convencional -con una atmósfera controlada para permitir el cultivo de embriones- que lleva incorporados dos novedosos sistemas: por un lado, un microscopio que toma imágenes de los embriones cada 20-30 minutos y, por otro, un nanosensor que detecta su consumo de oxígeno de forma individualizada, que es un reflejo de su metabolismo". Toda la información obtenida se almacena en el ordenador y se envía a una estación externa, "donde el embriólogo clínico puede evaluar su desarrollo sin tener que manipularlos".
Las ventajas del sistema son evidentes: hasta la fecha "las técnicas de evaluación de la calidad embrionaria se basaban en la evaluación morfológica puntual por parte de un embriólogo, pero con este aparato sistematizamos el proceso. Además, valoramos aspectos que se conocían muy poco, como el momento de la primera y la segunda división y el consumo de oxígeno". Otra de las ventajas es que el embrión se manipulará mucho menos, "con lo que estará mucho más estable en sus condiciones de cultivo, crecerá en un ambiente más favorable y se desarrollará mejor".
Según Meseguer, las previsiones son que esta técnica mejore entre un 10 y un 15 por ciento los resultados obtenidos con las técnicas anteriores, pero ha destacado que el principal reto y objetivo, en sintonía con los que señalan las sociedades de reproducción, es conseguir reducir el número de embriones que se transfieren. "Así también conseguiremos reducir el número de gestaciones múltiples".
Presente y futuro
Este proyecto fue puesto en marcha en febrero y el IVI está en periodo de validación clínica de los datos e información que facilita el EmbryoScope. Los primeros resultados avalan que "es un buen diagnosticador de la calidad embrionaria y ovocitaria". Si todo trascurre según lo previsto, "a finales de año tendremos los resultados clínicos que nos permitirán aplicar la técnica de forma rutinaria". A su juicio, este incubador u otros similares son el futuro inmediato en todos los laboratorios de fecundación in vitro.