Cada vez son más las jóvenes con cáncer que pueden preservar su fertilidad
Aunque el estilo de vida, la alimentación, el tabaquismo y la falta de actividad física contribuyen a que la incidencia de esta enfermedad crezca cada vez más, la buena noticia es que los métodos de diagnóstico y tratamiento cada vez son más avanzados con lo cual es posible "llegar antes" y atacar de mejor forma cada uno de los cuadros. En la actualidad pensar en un hijo luego de la quimioterapia puede ser una realidad.
Las estadísticas médicas indican que en la Argentina la cifra de mujeres con cáncer está en aumento. De hecho, se calcula que entre 15.000 y 18.000 reciben anualmente un diagnóstico de cáncer de mama. No obstante, la parte positiva es que más de la mitad de ellas presenta un pronóstico alentador y supera la enfermedad.
Pero, en muchos de los casos la mejoría viene de la mano de la realización de tratamientos complejos y "agresivos" como la quimioterapia que comprometen la fertilidad a largo plazo, produciendo una falla ovárica prematura y a veces permanente.
Es por eso que según el doctor Ramiro Quintana, médico especialista en Medicina Reproductiva y director del Centro Argentino de Fertilidad, "la preservación de la capacidad reproductiva en mujeres jóvenes con cáncer representa un nuevo campo de discusión y acción con implicancias en los tratamientos oncológicos. Todas las posibilidades deben ser analizadas en todo su contexto y oportunamente con el equipo médico de cada paciente".
"En cualquier caso, lo más importante es no crear falsas expectativas pero la posibilidad existe, y debe informarse a los pacientes y familiares los verdaderos alcances de los tratamientos de preservación de fertilidad existentes", aclaró el especialista, también vicepresidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER).
Debe tenerse en cuenta que muchas mujeres jóvenes en el momento de recibir el diagnóstico de la enfermedad, estaban planeando tener un hijo o contemplando la posibilidad a futuro. Por esa razón, la dualidad en la que se confronta un diagnóstico de cáncer con el profundo deseo de ser madre y la posibilidad de preservar la fertilidad antes de encarar un tratamiento oncológico, constituye un tema muy sensible tanto para quién debe enfrentar el diagnóstico como para su pareja, sus familiares, sus amigos y los médicos.
"Hay que romper con las viejas prácticas y entender que las pacientes jóvenes no sólo desean preservar sus vidas y mejorar su calidad de vida en el presente si no también a futuro. De ahí la relevancia de realizar un trabajo mancomunado entre los especialistas en mastología y en medicina reproductiva", expresó Quintana.
El abordaje multidisciplinario deberá integrar a especialistas en medicina reproductiva, médicos clínicos, cirujanos, oncólogos, endocrinólogos, urólogos, obstetras y ginecólogos, genetistas, psicólogos y bioéticos, entre otros.
"En nuestro país, estamos trabajamos seriamente de manera multidisciplinaria para abordar un tema complejo que requiere de decisiones inmediatas y sustanciales para por un lado preservar la vida de la paciente mejorando su calidad; y por otro conservar su capacidad fértil pensando en los años que vendrán", concluyó el especialista.
Métodos disponibles en nuestro país
Actualmente, para aquellas mujeres que debieron enfrentar un diagnóstico positivo de cáncer pero han lograr superar la enfermedad, existen dos posibilidades mediante las cuales es posible preservar la capacidad reproductiva.
Una de ellas es que la vitrificación de óvulos y embriones obtenidos mediante estimulación ovárica, un método alternativo a la ciopreservación de gametas (óvulos y espermatozoides), embriones y tejido ovárico que consiste en una congelación ultrarrápida de ovocitos o tejido ovárico, con gran cantidad de una sustancia llamada "crioprotectante" que protege a la célula de los problemas del congelamiento.
Por lo general esto se pone en marcha antes de comenzar los tratamientos para el abordaje del cáncer y posteriormente, cuando la paciente tiene deseos reproductivos, se desvitrifican o descongelan los óvulos, se unen a los espermatozoides extraídos de su pareja y se realiza su fecundación in Vitro para luego implantarlos en el útero de la mujer.
Por otra parte, existe la posibilidad de realizar un trasplante de tejido ovárico que se lleva a cabo extrayendo una porción del ovario por laparoscopia (técnica mini invasiva), para luego congelarlo por el método tradicional o por el de vitrificación y preservarlo.
Más adelante, cuando la paciente desee ser madre, esto se descongelará y se insertará en un lugar del cuerpo que se define contemplando el tipo de tratamiento y zona en donde se ha recibido el tratamiento oncológico.
De este modo, el transplante de ovario se puede hacer en el abdomen o en otro sitio con el fin de proteger al ovario. Si la paciente va a recibir rayos solo en la pelvis, otros sitios del cuerpo son adecuados y más simples para insertar el ovario como: tejido celular del abdomen, axila, antebrazo, músculos del abdomen, etc.
Luego para conseguir el embarazo, hay que realizar una fertilización in Vitro ya que los óvulos desde ahí no pueden salir hacia la trompa de Falopio para encontrarse con el espermatozoide.
Doctor Ramiro Quintana: M.N. 62.028. Mayores detalles: Centro Argentino de Fertilidad:
http://www.centroargentinodefertilidad.com