La infertilidad es un mal que puede traer consecuencias graves para la vida en pareja, la socialización y la estabilidad emocional de hombres y mujeres que temen perder la oportunidad de ser padres.
Son muchas las parejas que se plantean, dentro de su proyecto conjunto de vida, la posibilidad de tener un hijo, y cifran sus esperanzas y planes en la conformación de un hogar que les permita realizarse como familia. Otras personas deciden criar a un hijo sin la existencia de un núcleo familiar, y se empeñan en tratar de alcanzar, por si sólos, ese objetivo.
Sin embargo, este sueño es, para muchas personas, difícil de alcanzar, debido a que, por una u otra razón, presentan condiciones orgánicas que no les permiten concebir un hijo.
De acuerdo con Juan Luis Giraldo Moreno, médico especialista en reproducción humana, que labora en el Instituto Antioqueño de Reproducción (Inser), muchas parejas sufren por el hecho de no poder tener hijos, llegando incluso a aislarse de su circulo social y familiar. “El hecho de que vean constantemente mujeres embarazadas o parejas jugando con sus hijos, o el que amigos y parientes les estén indagando acerca del momento en el que piensan tener un bebé, genera dificultades emocionales profundas”, asegura.
Esto puede producir una situación en la que nazcan sentimientos de culpa entre la pareja, y la autoestima de cada uno se vea disminuida, llevándolos a dudar de su lugar dentro de la relación, y del objetivo mismo de preservar un vínculo que no les permitirá conformar una familia ni asegurar la continuidad genética de su familia.
Según información del Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (Cecolfes), cuando existe una “causa orgánica responsable del impedimento, se puede producir minusvalía y dudas con relación a la pareja o consigo mismo (…), es por ello que lo aconsejable en toda pareja con trastornos de fertilidad, es la evaluación psicológica, cuyo objetivo será conocer y comprender las causas que obstaculizan la concepción”.
Giraldo explica que, en las mujeres, la infertilidad puede ser causada por trastornos en las trompas de Falopio, disfunción en la liberación de los óvulos o aparición de tejido mucoso uterino, por fuera del útero, enfermedad que se conoce como endometriosis. En el hombre, la causa de esta perturbación es la presencia de espermatozoides con formas anormales o que no se mueven adecuadamente, así como el conteo bajo de los mismos en el semen.
No alargar la decisión
“Un factor que influye bastante es la edad de la mujer, la cual afecta su potencial reproductivo, ya que ella nace con cierta cantidad de óvulos y va gastando en cada menstruación, hasta que estos se agotan”, refiere el experto. Es entonces cuando aparece la menopausia, alrededor de los 50 años de edad.
Según la médica cubana Violeta Herrera Alcázar, la edad adecuada para que las mujeres queden en embarazo va de los 20 a los 30 años de edad, significando un alto riesgo para la madre y el bebé, si éste se produce después de los 35.
Por eso, Juan Luis Giraldo aconseja a las parejas “ser muy precavidas y no dilatar demasiado el embarazo, vigilar muy bien los períodos menstruales y estar atentos a la presencia de cólicos intensos, los cuales pueden estar relacionados con endometriosis.
Según Cecolfes, las parejas deben también pensar en los sentimientos, emociones y remordimientos, que se ocultan tras el deseo de tener un hijo, pues estos pueden estar relacionados con la presencia de la infertilidad.
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