El Superior Tribunal de Justicia deberá resolver ahora sobre infertilidad

El Superior Tribunal de Justicia deberá resolver ahora sobre infertilidad

Poco se habla sobre la Fertilidad. La inmensa mayoría de nosotros sólo conocemos pequeños trozos de la historia de la concepción y la reproducción. No comprendemos realmente los pasos complicados y delicados implicados en ella ni sabemos cómo preservar la fertilidad. Esto nos hace vulnerables a todo tipo de sorpresas, incluidos algunos problemas reproductivos prevenibles, problemas económicos para enfrentar los tratamientos, negativas de obras sociales o pre pagas para cubrir estas patologías y hasta posiciones judiciales inexplicables como las que acaba de adoptar la Cámara de Apelaciones de Puerto Madryn, denegando la urgencia de un tratamiento a una pareja, a pesar de lo aconsejado por los médicos y especialistas, y del posicionamiento de la jueza en primera instancia, cerrando puertas difíciles de abrir, no sólo para este matrimonio que reclama públicamente sus derechos, sino para numerosas familias que aspiran a desarrollarse.
Las razones de nuestra ignorancia son complejas. Crecemos pensando que la reproducción tiene que ver únicamente con el sexo, o que es una bendición divina o un regalo de la naturaleza. Nuestras actitudes y percepciones están teñidas por las creencias, la moral y las costumbres religiosas o culturales que modelan nuestras sociedades. A menudo nos resistimos a buscar la información que nos permita conocer las realidades biológicas implicadas a la hora de crear una nueva vida, un tema que sigue siendo un tabú, un misterio o un evento que nos encuentra.
Teniendo en cuenta que muchos países del mundo se han esforzado por frenar el crecimiento de la población, ofrecer información acerca de la fertilidad y cómo preservarla parecía ir en contra de ese objetivo. De hecho, a lo largo de los años, la planificación familiar responsable se ha definido siempre como anticoncepción o abstinencia, y en ese sentido nos han educado muy bien. Pero no se ha recurrido a esos mismos mecanismos pedagógicos eficaces para explicarnos lo que hemos de saber acerca de la otra parte de la ecuación de la fertilidad. Resulta irónico cuando se considera que tener niños es tan importante para una verdadera planificación familiar como evitar un embarazo.
Salvo muy pocas excepciones, la población mundial sigue desconociendo en gran medida los “hechos de la vida”, y qué factores pueden afectar a las posibilidades que tienen de engendrar hijos e hijas biológicos. Armados con tan sólo algunos hechos simples, por ejemplo: que la fertilidad disminuye con la edad; o que lo que se come, la cantidad de ejercicio que se hace, las horas que uno duerme, o determinadas enfermedades que afectan un cuerpo, claramente identificables y tratables.

El demoledor reloj biológico

El primer caso de debate público en Chubut no es ajeno a este marco de ignorancia, donde una pareja de Madryn debió recurrir a la Justicia para intentar diligenciar y acelerar la cobertura de una pre paga para el tratamiento que les promete lograr la concepción. Y el tema ha disparado la exposición de múltiples casos en similares situación que esperan ansiosamente un desenlace positivo. La decisión estará ahora en manos del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, que otra vez deberá poner claridad en relación a la procreación, ya que ante la negativa de la Cámara de Apelaciones, el reclamo tomó la vía del recurso de queja.
Sencillamente los jueces parecen no haber comprendido la urgencia del reclamo recomendando ir por la via judicial ordinaria que podría significar cuatro años de gestión, pese a las advertencias médicas y los numerosísimos argumentos profesionales que dictan el apremio de una definición.
Según los especialistas más renombrados, existe una relación directa y negativa entre la edad y la procreación: cuanto más años se tienen, más difícil resulta tener hijos. La fertilidad de la mujer inicia su declive cuando se acerca a los 30 años de edad. Nuestra pareja ya alcanzó los 31.
Aparte de causas médicas excepcionales o anomalías fisiológicas, hay dos razones de este declive: En primer lugar, durante cada ciclo una mujer sólo desarrolla un óvulo, pero muchos más son reabsorbidos en su cuerpo cada mes. Todas las mujeres nacen con todos los ovocitos (óvulos) que van a tener durante toda su vida, normalmente en torno al millón. Cuando la mujer media alcanza la pubertad, le quedan entre unos 250.000 y 300.000 óvulos en sus ovarios.
Durante cada ciclo menstrual, un óvulo madura lo suficiente como para ser fertilizado y es liberado. Pero muchos ovocitos durante ese mismo ciclo no maduran y simplemente son absorbidos. Así es cómo una mujer empieza con 1 millón de óvulos, ovula 400 veces y luego se queda sin óvulos.
En segundo lugar, los óvulos envejecen junto con el resto del cuerpo. Los ovocitos más viejos tienen más probabilidades de sufrir problemas cromosómicos que pueden provocar un aborto espontáneo. Una mujer con menos de treinta años, sólo tiene entre 12 y 15% de probabilidades (cerca de uno de cada ocho embarazos) de sufrir un aborto espontáneo. En cambio, una mujer en los cuarenta se enfrenta a un riesgo del 50% de aborto, es decir, una de cada dos veces. Nuestra paciente ya sufrió un embarazo perdido.
Como tercer punto hay que considerar que una de las causas más frecuentes de infertilidad femenina es la Endometriosis, que es tejido endometrial que se ubica fuera del útero: en ovarios, peritoneo o trompas de Falopio. Es de suma importancia diagnosticar precozmente esta enfermedad que tiene síntomas muy variables, el más frecuente son las menstruaciones muy dolorosas que deben hacer sospechar su presencia. Nuestra paciente ya fue diagnosticada y padece Endometriosis.
El método de diagnóstico más eficaz es a través de una laparoscopia, intervención que permite con una cámara intra-operatoria visualizar los focos y si no son de mucha gravedad, eliminarlos en el mismo acto operatorio. Nuestra paciente ya pasó por esta intervención quirúrgica. Por ello se le advierte de la urgencia, ya que dependiendo del grado de severidad la otra opción son las técnicas de Reproducción Asistida, recomendada en el caso de la pareja de Madryn.
Para ello, hay tecnologías que ofrecen caminos distintos para lograr la fertilización. Entre ellas se encuentra la estimulación ovárica (estimulación de la producción de óvulos múltiples) con inseminación intrauterina coordinada; la inseminación artificial, la transferencia intrafalopiana de gametas y la fertilización in vitro (FIV). Estas tecnologías son una progresión que pone el espermatozoide más cerca del óvulo, la imposibilidad de la vida a la posibilidad, claro, si la pareja logra que los jueces entiendan todas estas cuestiones y urgencias, consideren sus derechos a la salud y le permitan reclamar a su obra social el costeo del tratamiento que prácticamente reconocen ya todas las coberturas del país.
Lo cierto es que a partir de este lunes, el debate estará en manos del Superior por una vía extrema pero necesaria. Sólo en Madryn, más de siete parejas ya testimoniaron su situación, muchos de ellos explicando los pasos dados, otros esperando para encarar la vía judicial contra las prestaciones de salud que se resisten a tratamientos determinados tales como este de la procreación, o la asistencia a tratamientos de autismo y múltiples cuestiones más de patologías que deciden arbitrariamente no reconocer como tales u objetar su asistencia. Definitivamente un tema de gran interés público vinculado a la defensa de un derecho constitucional como el acceso a la salud enfrentado a los negocios de las prestadoras regionales, que requerirá no solo el posicionamiento Judicial, sino Legislativo y hasta Ejecutivo si se quiere.

http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=118021